YO: ¿Recuerdas cómo comenzó el camino en 2020? Me refiero a nuestras conversaciones. 

SOY: Sí, con un corazón roto. 

YO: Bueno, pues vuelvo una y otra vez a ese momento… Y puedo notar cómo sin importar lo que haga, termino siempre allí, en ese mismo momento. Y me doy cuenta que todas mis historias, y probablemente todas las historias, comienzan, se desarrollan o terminan con un corazón roto. Pero cuando lo vi, el por qué, el origen de ello, por un lado me llevó a darle sentido a todo lo que hago y soy, mientras que por otro lado, me lleva a un dolor que no logro trascender. 

SOY: Tal vez porque ese dolor es el que te da sentido. 

YO: ¿Cómo? 

SOY: Dime, ¿qué es el sentido para ti? 

YO: Darle lógica a algo, entendimiento, propósito. 

SOY: Es una forma de verlo, sin embargo, muy lejos de la verdad. 

YO: ¿Cuál sería la verdad? 

SOY: El sentido es lo que sientes. Pues todo lo que proyectas como propósito o lógica, no es más que la interpretación que tus cinco sentidos generan al completar la forma a una información. 

YO: O sea que cuando le damos sentido a algo, es porque lo percibimos con nuestros 5 sentidos, con nuestro sistema nervioso… 

SOY: Con el sistema nervioso completo. Pocas veces sucede esto: en una meditación muy profunda, en un momento de epifanía, en una experiencia cercana a la muerte, al consumir algún tipo de estupefaciente poderoso, o cuando te enamoras perdidamente. El pentágono del sentido. En cualquiera de los cinco casos, tu sistema nervioso trata de acceder a la mayor cantidad de información, y el cuerpo reacciona a gran velocidad, expulsando hormonas como la adrenalina, endorfina y dopamina, que acelera o contrae los pulsos, llevando así mayor cantidad de oxígeno a cada rincón del cuerpo, incentivando los pulsos eléctricos, generando gran tráfico de datos en el cerebro, que amplifica su capacidad de atención. Esto activa a la glándula hipófisis, que contrae las glándulas genitales y activa la energía, que emergerá de la glucosa del páncreas, insulina, haciéndote sentir mariposas en el estómago. Pero una vez pase ese instante, y encuentres la forma, todo se relajará, y el efecto balance producirá el sentido contrario. 

YO: Depresión. 

SOY: Es la depresión postparto. Es el pánico a la página en blanco del escritor, el terror al lienzo nuevo del artista. Por ello, los soñadores buscan todo el tiempo escapar de la realidad, por eso muchos buscan en la religión o la droga, en el amor o el éxito, una forma de dar sentido a su existencia, pero una vez que lo tienen, pierde sentido. 

YO: O sea que somos adictos al sentido. 

SOY: Adicción al propósito, a la dirección, al por qué y para qué. 

YO: ¿Soy, pues, un adicto al sentido? Por ello siento esto. Cada vez que todo cobra mayor sentido, cuando el propósito se está manifestando, inmediatamente siento vacío, despropósito, sinsentido. Y me encuentro mirando a la nada pensando en si vale la pena hacer lo que hago. 

SOY: Porque has agotado tus fuerzas. Y como en tu vida, todo cambia constantemente, en cada instante buscas superarte, lo cual implica querer encontrar un mayor propósito, una mayor dosis que te haga sentir en las nubes, pero el descenso de ellas será proporcional a la fuerza con que te has elevado.

YO: En la sociedad actual, que nos pide cambiar, adaptarnos, y nos incentiva a mejorar en cada instante, es muy difícil encontrar estabilidad en esa sensación.

SOY: Por ello el gran reto es encontrar la fortaleza en la meditación y la contemplación, y dejar la inspiración y la manifestación para cuando las mismas realmente corresponden. Todo lo que te propongas lo harás, pero cada paso implica observación, meditación, contemplación de lo que está sucediendo para poder ser integrado. No habrá expresión digna de trascendencia, sin la integración de la experiencia.

YO: …Necesito integrar… Este año 2023 ha sido muy intenso, he creado muchas cosas, he recibido demasiada información, y no sé por dónde comenzar.

SOY: Por donde siempre has comenzado, por el corazón roto, por el vacío, el único que te permite contemplarte como quien realmente eres, y lo que has venido a ser.

YO: Con el mensaje de Merlín, allá por 2018, en Avebury, Inglaterra. Su mensaje fue el que me llevó al Corazón de Europa, a Suiza, donde me dijo, encontraría a mi Vacío, y me enamoraría de él:

“Sólo hay algo que te falta por saber para entenderte a ti mismo. Y es que tú no eres nada. No eres Nadie. No existes. Eres vacío… Y lo que hagas no importa, pues el propósito es irreal, ni hay prisa, pues no hay misión. La razón por la que te digo esto, es para liberarte de lo que crees de ti, para que así puedas Ser. Conéctate a tu Corazón y enamórate de la Nada, enamórate de ser Nadie.”

Y cerró su mensaje con una sentencia: “Cuando seas capaz de dejar todo, tu propósito y misión, por ese amor a la nada, entonces realmente estarás cumpliendo tu propósito.”

Una semana después de esto, sucedió lo inesperado para mí, una historia que resumí en las páginas siguientes de esta libreta:

“Aquel día al salir del círculo de piedras, sentí un Vacío tan grande que me permitió abrirme a cualquier posibilidad. Decidí que recurriría al centro de mi ser, a mi Alma y Corazón, para poder conectarme de nuevo con esa parte dormida en mí, acallada por el propósito: la parte que esperaba ir más allá de mis creencias. Saltar al abismo. Hacer lo inesperado. 

De esta forma fue como caí al fondo del corazón, fue así como llegué a Suiza. 

En un profundo estado de vacío y despropósito, en que el rumbo sería marcado por mi alma y no por mi espíritu o mente, me dispuse a ser libre de sentir. 

Y en ese vacío, en mi nada, apareciste. Como si ya te hubiera conocido, al darte la mano sentí que estabas ya en mí y yo en ti. Sin embargo, el vacío no me permitía ver nada más, ninguna posibilidad. Pero aquella noche que hablamos, lo bello que pudiera haber visto en tu cuerpo, se transformó en la belleza de tu alma. En tus ojos vi a ese niño con miedo, con la necesidad de hacerse mayor, y ser libre de quien creía ser, para Ser. 

Y entonces lo dijiste: “Estoy enamorado de ti, pero yo no soy nadie, no soy nada, estoy vacío.” Al escucharte hablar, parecía que había escuchado tu ser muchas veces, y tu luz comenzó a llenar mi vacío, tu Nada y la Mía. 

Al darte la mano, mi cuerpo comenzó a temblar, y no podía pensar en nada más que en abrazarte. Quise contenerme, pero la fuerza de mi corazón me impulsaba con más potencia. Subí a buscarte, y fue la primera vez en mi vida que yo tomé la iniciativa en expresar. 

No pudo haber para mí una unión más hermosa que la que sentí. Como una espiral, acostados como un yin yang, en balance, ese momento sutil en que del revés besé tu frente y nuestros labios se encontraron como viniendo uno del cielo y otro de la tierra, sin un arriba ni un abajo. Tus labios fueron el centro del camino, y el latido de tu corazón en mi mano, se volvió el interior del corazón de Europa. 

Mi corazón volvió a latir sintiendo Amor. Mi corazón despertó. Supe en ese instante que no vivía una realidad, sino un sueño. Vivía el romance entre la Nada y el Todo, en el instante en que ambos se vuelven Uno. Mi espíritu y mi mente se volvían uno con mi Alma y emoción. Neutralidad. No había más propósito ni misión, ni futuro ni pasado, sólo aquí y ahora. 

Entre Francia e Italia, el latido de mi corazón resonó y me sentí el mundo entero. Me sentí en el cubo del vacío, me enamoré de la Nada. Y entonces, pude ser de Verdad… Pude ser quien Yo Soy.” 

Lo dejé todo. Mi propósito, mi misión. Me enamoré de la nada. Pero entonces, tan sólo un mes después, desapareció. Como la Nada misma, dejó de existir, y nunca más supe de su persona. Caí en la más profunda nada, en el real vacío. Me había despojado de mi propósito y misión por otra persona, por enamorarme como nunca me había pasado, cuando siempre puse mi propósito por delante de mi sentir. 

SOY: Pero ahora sabes que volviste precisamente a donde debías estar. En tu corazón, el sitio desde el cual ingresaste a este mundo.

YO: El Colisionador de Hadrones en Ginebra. Sí. Allí fue donde nos besamos, allí fue donde le esperé con flores en la estación de trenes. Allí fue donde decidimos que queríamos estar juntos, por siempre, fue allí donde sentí el mayor amor que podía sentir en mi vida, y el más doloroso. Allí mi corazón se expandió, y también se rompió. Es muy difícil contar todo lo que ese sitio significa para mí.

SOY: Es el primer recuerdo de un corazón roto que se hace eco.

YO: En el plano cuántico, en la realidad de la consciencia espiritual, no hay pasado o futuro, sino que todo es aquí y ahora. Y por ello, el Universo que conozco fue creado en 1986, el día que me rompieron el corazón.   

SOY: Cuéntamelo.

YO: Antes del principio, sólo era el Vacío. La sensación es como una eterna meditación en la que sabes que muchas cosas están por pasar, pero nada pasa. En que muchas ideas están por venir, pero tienes la mente en blanco, es la adrenalina previa a una acción que nunca acontece. Es una inspiración que no encuentra exhalación, y sin embargo, más allá de la desesperación que pueda originarnos hoy estos ejemplos, en realidad, son el recuerdo más apacible y feliz, glorioso. Imagina una red de maestros meditando, sin rostros, todos sentados como tetraedros, con piernas cruzadas y manos en las rodillas, unos cabeza arriba y otros cabeza abajo, completando una red de triángulos infinita que conforman una idea de esfera. La luz que existe en el centro es mínima, sólo una chispa, y no existe por sí misma, sino que es la concentración de todas las chispas que se encuentran dentro de cada triángulo, en los corazones de cada vacío, que, por no poder expresarse, se unen todas sus fuerzas como una, que es igual a 0.

SOY: Pero uno de los triángulos se movió.

YO: Y el movimiento generó una onda interminable, como la ola en la hinchada de un estadio, como un tsunami, en que cada uno desde su lugar comenzó a mover una fuerza imparable, que hizo de la chispa un destello, y del destello un rayo, y el mismo en energía, que acabó por irradiar colores y convertirse en luz y magnetismo. Allí nació Manik, la araña blanca tejedora de la red, una imagen impresionante que dividió la red del vacío en onda y partícula, separando al tiempo y al espacio, creando un campo magnético que irradió plasma, generando la forma de un campo electromagnético, una araña. Desde la imagen del creador, fue el momento de la existencia, el principio de todo, la belleza del universo. Sin embargo, para el vacío fue el final, la destrucción, el caos, y el mismo no ha parado de buscar la manera de reparar el tiempo y el espacio. Es decir, de volver a unir los pares. Pues la existencia es dual, es salirse de dentro hacia afuera, mientras que el vacío es unidad, es volverse uno con el todo, y por lo tanto la polaridad desaparece, y con ella, la existencia. Mi misión es recordar. Es decir, volver a unir lo que se separó, y allí estaba mi trauma: haberme movido. Me culpo en la existencia por recordar el instante en que no fui firme, en que no pude sostener la estructura, y me desespera ver que las cosas y personas no logran ver el lugar que ocupan, colocarse donde se supone que deben ubicarse para que el reloj cósmico vuelva a funcionar.

SOY: Te culpas por la separación de mente y corazón, de tiempo y espacio.

YO: Porque fue el primer golpe… el primer latido. Fue la activación del corazón, y desde este latido, la mente que se dispersó en la existencia. La exhalación de Brahma. Todo por un golpe, por aquel momento en que la red de tiempo y espacio, que permanece ajena a toda la materia y leyes de la física e incluso de la cuántica, sufrió una ruptura. La araña no pudo tejer ni repararlo, pues inmediatamente se expandió por el todo.

SOY: El momento en que rompieron las partículas menores de un átomo para descubrir el Campo de Higgs y su partícula.

YO: Cada vez que lo hicieron, cada vez que en el universo alguien rompe las partículas subatómicas, se genera un eco en el universo que modifica una línea de tiempo y espacio, como quien lanza una piedra en un estanque donde se encuentra un barquito de papel; el mismo se moverá de su posición e incluso dirección, debido a las ondas generadas. Cuando los humanos descubrieron que mediante grandes cantidades de magnetismo podían hacer moverse las partículas a la velocidad de la luz, comenzaron a construir colisionadores que pudieran romperlas para experimentar con ellas. Cada vez que se puso en marcha, una nueva ola aparecía.

SOY: Y en una de ellas…

YO: …Aparecí yo, como tantos otros. Allí, en el Colisionador del CERN, entre Suiza y Francia, el recuerdo más feliz de todos los que pueda imaginar, encontró su final. Siempre lo dije desde pequeño: el recuerdo más feliz que poseo de toda la existencia es ser un electrón dentro de un cable, girando alrededor de plasma, a la velocidad de la luz; es la sensación de amor más impresionante que pueda existir, incomparable, pues ni siquiera existía. El latido de un corazón enamorado de la luz, que late más rápido que el tiempo. Y un día, en 1986, unos científicos Suecos, me rompieron el corazón. Buscando saber qué pasó en el momento del Big Bang con las partículas subatómicas, rompieron iones de oxígeno, dentro de los cuales, en uno de ellos, se encontraba mi esencia.

SOY: Yo.

YO: Ghan. Y en ese instante, sentí el movimiento, un dolor punzante que partió el corazón de mi ser. Y desde entonces, no he parado de buscar cómo unir las partes que se separaron de mi ser.

SOY: Esta es la historia de todos, sólo que no la recuerdan. Todos, en algún momento de la existencia, han pasado por la ruptura de su ser, y por ello buscamos insaciablemente conectarnos con las otras partes. Por ello buscamos conectarnos a la red, reparar, solucionar, unirse, reconectarse, juntarse. Todos anhelan un reencuentro eterno, ya sea desde el instante del Big Bang, o en la ruptura de un átomo en el Sol, o en el quiebre de un Bosón de Higgs, todos sienten en su interior un vacío que debe completarse.

YO: En mi caso, esto me llevó a buscar a las personas que alrededor de los Alpes habían nacido en este tiempo para complementarme, y sus ecos, olas, en la historia, me fueron llevando hacia los sitios donde todo se había roto, donde había fragmentos de mi propio ser.

SOY: En Noruega, Israel, Egipto, Bir Tawil, Suiza, Liechtenstein, Francia, Italia, Escocia, Tibet, Sri Lanka, Perú, Nicaragua, Canarias, Oregon, Argentina… Y los que aún estás por encontrar…

YO: Y el camino de recorrerlos, me devolvió a donde todo había originado. Cada historia, cada recuerdo, cada maestro, me volvió a mostrar donde mi corazón se había roto.

SOY: Y donde para repararlo, debías enamorarte de la Nada.

YO: Dejar de correr tratando de cumplir la misión, el propósito, de existir, para volver a la meditación, a la unidad, al vacío y silencio.

SOY: Allí estaba tu victoria… Wiktor, quien al observarte te hizo recordarlo todo. Allí sentados en el campo de Ferney Voltaire, sobre el túnel del Colisionador de Hadrones.

YO: Es muy loco, no? Cómo se dio esta historia de amor, que marcó todo lo que soy hoy. Una historia muy humana en que dos chicos se reencuentran por la filosofía, se enamoran por el vacío, se unen dentro del círculo del CERN, y su historia culmina por teléfono en una conversación él desde Ginebra y yo desde Avebury, un mes más tarde. Para que años después, reconozca que esa historia de amor no era más que un eco de mi verdadera historia de amor, entre el Todo y la Nada, que se manifestó en un eco de la historia humana, en un experimento hecho por unos escandinavos en el CERN, meses antes de mi concepción.

SOY: Es la historia de todos, y es tu historia, constantemente buscar el todo en la nada, y la nada en el todo. Es la historia de amor que dio origen a la gravedad, que hizo abrir los ojos de Dios: tiempo y espacio.

YO: ¿Y qué hago con esta sensación constante de depresión en la euforia?

SOY: Volver a enamorarte del Vacío, de la Nada. Pues es esta sensación, este sentido, que ha trazado tus caminos, que te ha hecho escribir las páginas de esta historia, encontrar a las otras partes de ti, descubrir la magia del camino. Pero algo debes tener por seguro: esto nunca acabará, por ello, sólo tengo una sugerencia para ti entre el todo y la nada que te da sentido.

YO: ¿Cuál?

SOY: Contempla. Recuerda, que la consciencia divina no se mueve, sino que observa, no corre, contempla, no se estresa, es templanza. Y tu destino es el Yo Soy, es el centro, el la Nada, no el Todo. Sólo podrás acceder a las verdades desde el vacío del cual te has enamorado, y del cual corres en dirección opuesta por el dolor que te causa recordarlo.

YO: Debo volver a enamorarme del vacío… Es verdad. Mi desesperación por qué las cosas pasen, se hagan, se manifiesten, no hacen más que distraerme del origen de todas las cosas.

SOY: Y dicho origen, es tu hogar, es tu amor, es tu silencio y meditación.

YO: Si mi todo es moverme por el mundo, entonces mi nada es quedarme quieto en su eje.

SOY: Por ello entre todos volvemos a reparar el Eje del Mundo, Egipto.

YO: Para que otra vez pueda anclar la nada creadora del todo.

SOY: Hat Hur, la Casa de la Luz, útero de la matriz celestial creadora de mundos.

YO: El Jardín del Alquimista…

SOY: Acompáñame a comprender desde el amor, la alquimia entre el todo y la nada.